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A través del videoarte, Pilar Franco expresa con una narrativa atemporal su mensaje artístico. El lenguaje audiovisual expande su creación, entrando en juego: la palabra, el movimiento, la vista y el oído en una mágica coherencia.

A partir de aquí, cada creación es una puerta a algo que la artista nos transmite en sus innovadoras formas de expresión. El pensamiento se expresa creando un puente entre las ideas y la forma a través de la voz en un fluir constante.

Cualquier entorno se puede transformar en un perfecto contexto, interiores y exteriores se mimetizan convirtiéndose en el escenario ideal de cada título.

Una fusión de diferentes medios donde Pilar nos va acercando a su mundo. Para finalmente liberar al Ser de sus convencionalismos tradicionales, a través de la espontaneidad y la naturalidad de la propia vida; una existencia transparente y sin artificios.

El Profundo Mar

Pilar muestra algunos secretos de su particular forma de inspirarse y preparase para crear. Siendo plenamente consciente de formar parte de un todo y al mismo tiempo de si misma.

Jugando con la percepción, las líneas temporales se hacen difusas entre el presente, el pasado y el futuro para entrar en un espacio creativo con un lenguaje renovado.

Compartiendo la intimidad de sus creaciones, sentimos que aquí y ahora, por el simple acto de observar, entramos a formar parte de ese Todo que la rodea.

El Profundo Mar, por David Antón
¿Qué hay más allá de cualquier expresión artística? Es difícil predecir lo que acontece en un momento de creación, aunque siempre hay realidades que se revelan con una fuerza enraizada a la tierra. En este proceso, la voz y la palabra se armonizan mientras conviven naturaleza e historia. Un lugar mágico, que describe un momento de una belleza atemporal. Los sonidos del entorno son una llamada al canto, unidos por un baile mimetizado a cada instrumento. La mujer se representa como madre de la Tierra, creadora y con una fuerza delicada, sutil y poderosa. Cada nota retumba profundamente en el fluir de la obra, con la frescura de un suspiro de vida, pura y cristalina. En cada imagen se evoca al mar, sintiendo su presencia en un cielo celeste y al reconocer, en la lejanía, los ecos de las olas moviéndose con el tiempo.

En esta obra se valora la oportunidad que nace de aquella persona que atiende a su ser, recogiendo las sensaciones más sutiles y estando preparada para la acción desde la calma y el sosiego. Cada instante es una oportunidad de reencontrarse con uno mismo en la espontaneidad del sentir, y aparece para ser interpretado con la libertad de abrirse a la llamada de lo más profundo.

Un té en el estudio de Pilar

En este videoarte, se nos invita a compartir unos minutos en el estudio de Pilar.

La artista se despersonaliza para acercarnos a través de las palabras su visión del cosmos, de la vida… del arte. Lo que no se limita a un solo individuo sino que acoge también la concepción de lo infinito.

Palabras que aparecen y se apartan como cortinas, permitiendo así adentrarse hasta llegar a la clave final, siempre sorprendente.

Un Té en el estudio de Pilar por David Antón
Cualquier momento puede ser una oportunidad para adentrarse en una nueva realidad, donde a partir de una experiencia cotidiana se genera un código de expresión con una óptica personal y transcendente.

Esta pieza afronta con un aire intimista y profundamente alegre, la entrada a un espacio conocido. Éste pasa a ser una disculpa para ir más allá del misterio a través de un personaje envuelto en un contexto habitual, de un modo natural e intrigante. Todo un proceso de transformación, que se produce desde que ella entra en su estudio, dejando atrás lo que le acompañaba convirtiéndose en un viaje de fuera a dentro. Cualquier disculpa sirve para compartir de un modo cordial y próximo una simple taza de té, pero siempre hay algo más. La presencia del fuego, el aire o un aroma, elevan la secuencia a un acto solemne y poderoso, que se envuelve con el calor entre las manos. Abriendo un portal a lo más profundo, que surge con dulzura y con un espíritu cálido y sincero. La protagonista recoge la vida en un frasco de espontaneidad para ser lanzada con sosiego y pausa, desde la transparencia y el recogimiento.